«Es nuestra responsabilidad hacer todo lo que esté en nuestras manos para crear un planeta que sea un hogar no sólo para nosotros, sino para toda la vida en la Tierra», afirma el legendario historiador de la naturaleza y locutor David Attenborough. Sin embargo, como las ciudades reclaman cada vez más espacio y recursos, la rápida urbanización es uno de los principales factores de pérdida de biodiversidad en todo el mundo. A medida que el entorno urbano sigue creciendo, necesitamos más que nunca la naturaleza en todo su esplendor. La biodiversidad urbana mejora la calidad del aire y del agua, mitiga los riesgos del cambio climático y las catástrofes naturales y mejora nuestra calidad de vida de innumerables maneras. Pero, ¿pueden nuestros edificios contribuir a la biodiversidad urbana en lugar de acabar con ella?
Aunque la coexistencia de la naturaleza y las ciudades pueda parecer contraintuitiva, con las estrategias y el diseño adecuados, las zonas urbanas pueden presumir de una biodiversidad impresionante e incluso albergar especies animales y vegetales en peligro de extinción. Muchas de estas soluciones pueden ser fáciles de implementar y mantener y, sin embargo, ofrecen grandes beneficios en términos de protección, y a veces incluso de mejora, de la biodiversidad urbana, como las tres formas siguientes.
Cubiertas verdes
Un tejado verde es aquel que fomenta el crecimiento de vegetación en la parte superior de un edificio. Este antiguo concepto, que se remonta a los famosos Jardines Colgantes de Babilonia, ha ido ganando popularidad en los círculos arquitectónicos.
Los tejados verdes, una solución de diseño urbano sencilla, pueden ser un refugio para la biodiversidad en las ciudades. A pesar de su bajo coste y mantenimiento, pueden compensar una parte de la flora y fauna perdidas durante el proceso de urbanización.
Además, pueden reducir la factura energética y ayudar a las ciudades a ser más resistentes al cambio climático y a las catástrofes naturales, al tiempo que aumentan la sensación de bienestar de sus habitantes.
Apicultura urbana
Las abejas son una de las especies más fascinantes del reino animal. Dependemos de las abejas para nuestra supervivencia, ya que su capacidad de polinización está directamente relacionada con la seguridad alimentaria mundial. A medida que aumenta la población de nuestro hambriento planeta, necesitamos a las abejas más que nunca, mientras que algunas poblaciones de abejas han ido disminuyendo.
Cada vez hay más pruebas de que, en contra de lo que cabría esperar, las abejas urbanas son más resistentes que sus parientes rurales. En las ciudades tienen una tasa de supervivencia invernal del 62,5%, frente a sólo el 40% en el campo, y además producen más miel. Por tanto, fomentar la apicultura urbana y abrir espacios para las abejas en nuestros edificios puede ser un catalizador de la sostenibilidad y la biodiversidad en nuestras ciudades.
Diseño de edificios respetuosos con las aves
Las superficies brillantes y vidriosas de una ciudad desorientan a las aves. Los científicos calculan que sólo en Estados Unidos mueren hasta mil millones de aves al año por colisionar con los edificios. Especialmente en épocas de inmigración, estas muertes pueden tener consecuencias devastadoras para la biodiversidad.
Sin embargo, con las características de diseño y los materiales de construcción adecuados, los rascacielos no tienen por qué ser trampas mortales para las aves. Los responsables políticos y los diseñadores se han dado cuenta del problema, aprobando nuevas normativas y construyendo soluciones para evitar la muerte de aves, y solucionar este problema no tiene por qué ser complicado.
Por ejemplo, incluso una solución sencilla y barata, como cubrir el cristal de un edificio con paneles a prueba de aves recubiertos de puntos cerámicos, invisibles al ojo humano, redujo la muerte de aves en un 90%.
