Cada tres segundos, alguien en el mundo desarrolla una demencia. Actualmente hay unos 50 millones de personas en el mundo que padecen Alzheimer o una demencia relacionada. Como la enfermedad afecta mayoritariamente a las personas mayores, el Alzheimer es cada vez más frecuente en las sociedades envejecidas de América del Norte, Europa Occidental y Asia Oriental. En 2050, podría haber más de 150 millones de personas en todo el mundo que vivan con esta enfermedad irreversible.
Aunque cada paciente experimenta el Alzheimer de forma diferente, se caracteriza por la pérdida de memoria y las dificultades cognitivas. A medida que la enfermedad avanza, estos efectos pueden agravarse.
A medida que el tejido cerebral se encoge, algunas de las dificultades cotidianas que aparecen son desde vestirse hasta perder las habilidades lingüísticas.
Actualmente no se conoce ningún tratamiento permanente para el Alzheimer. Cerca del final, la persona con Alzheimer puede tener que estar en cama la mayor parte del tiempo.
Reto: ¿cómo proteger a los pacientes de Alzheimer sin encerrarlos?
El cuidado de una persona con Alzheimer suele ser una tarea ardua, que puede requerir importantes recursos físicos, emocionales y económicos. Por ello, aunque estos pacientes deben tener su libertad individual, algunos de sus comportamientos podrían requerir una mayor supervisión.
Alrededor del 60 % de los pacientes de Alzheimer «vagarán», según Beth Kallmyer, Vicepresidenta de Cuidados y Apoyo de la Asociación de Alzheimer.
«Esto es una gran preocupación para las familias», dijo a la CNN. «Les decimos que sus seres queridos pueden deambular en cualquier momento, incluso cuando sólo van a la cocina un minuto para empezar a cenar».
Aunque la seguridad de los pacientes es primordial, demasiadas medidas y procedimientos quisquillosos no sólo pueden alejarlos, sino también complicar su vida cotidiana.
No obstante, están surgiendo soluciones para la vida cotidiana de los afectados por el Alzheimer. Expertos como Kallmyer creen que las tecnologías de acceso seguro, pero ético, ayudarán a estructurar la vida de los enfermos de Alzheimer al tiempo que proporcionarán tranquilidad a sus cuidadores.
El ecosistema tecnológico de las residencias para enfermos de Alzheimer
En las residencias para enfermos de Alzheimer, las soluciones de acceso de alta tecnología mantienen la seguridad del paciente y simplifican el trabajo de los cuidadores.
Ulrich Räber, director de la residencia de ancianos de Ulmiz (Suiza), explica que la falta de soluciones de acceso adecuadas puede provocar conflictos en un centro asistencial.
«[En la residencia de ancianos de Ulmiz] tenemos una mezcla de pacientes con demencia y residentes que no la padecen. Esto provoca problemas, por ejemplo, que [los pacientes con demencia] entren en las habitaciones de otros residentes durante la noche», explica.
Sin embargo, desde que su centro instaló una solución de acceso electrónico pudieron eliminar estos problemas.
A través de un transpondedor que se entrega a cada paciente, las puertas se abren o permanecen cerradas en función de los derechos otorgados. Las cerraduras de las puertas reconocen el transpondedor automáticamente y permiten una entrada sin manos, lo que es especialmente importante para los pacientes que dependen de andadores. Además, una luz roja o verde en la parte superior de la cerradura da al paciente una pista visual de si es la puerta correcta o no.
El sistema de acceso no sólo aporta más seguridad a los pacientes de Alzheimer, sino que da al personal más tiempo para atenderlos.
El acceso especializado empodera a los pacientes
Según Lawrence Schonfeld, profesor emérito del Departamento de Derecho y Política de la Salud Mental del Instituto de Salud Mental de Florida Louis de la Parte, el acceso especializado es una de las partes fundamentales de un entorno seguro y digno en una residencia para enfermos de Alzheimer.
El profesor Schonfeld insta a las familias que deseen ingresar a sus seres queridos en instalaciones de este tipo a que se hagan algunas preguntas fundamentales para garantizar la seguridad del paciente.
«¿Está la puerta vigilada, ya sea electrónicamente o por el personal?» dice Schonfeld. «¿Disponen de dispositivos electrónicos para seguir la pista a las personas que deambulan?».
Sin duda, las residencias e instalaciones que pueden dar respuestas satisfactorias a preguntas como ésta están equipadas para atender a los pacientes con la dignidad que merecen en un momento tan difícil de sus vidas.